Cuando don Quijote salió victorioso de su pelea con el vizcaíno Sancho se apresuró a pedir para él la ínsula ganada, don Quijote le hace saber que no todas las peleas son por ínsulas. Ambos se adentran en el bosque y se detienen para que Sancho cure las heridas de don Quijote, quién le promete darle una receta para un ungüento que cura todas las heridas y con el que Sancho calcula que podría hacer buen dinero. Se alimentan y antes de que logren llegar a alguna aldea les cae la noche por lo que decide acampar junto a las chozas de unos cabreros.
Audio del Capitulo X en EMN: aquí
“—Advertid, hermano Sancho, que esta aventura y las a esta semejantes no son aventuras de ínsulas, sino de encrucijadas, en las cuales no se gana otra cosa que sacar rota la cabeza o una oreja menos.”
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